Hoy tenemos en este Espacio a Rafael Berrio, un artista de los llamados "de culto" que este año ha publicado un muy excelente disco titulado "Paradoja". Disfrutamos de lo lindo con sus opiniones e impresiones.
R.B.: Bueno, yo no diría tanto, pero se agradece porque sé que lo dices con toda sinceridad.
J.J.: Tanto una parte de la crítica como un sector de los aficionados al rock no dejan de comentar las bondades y la grandeza que atesora tu último disco. ¿No crees que resulta un contrasentido paradójico que no obtenga mayor popularidad? Ojo, no me refiero con esto a sonar en chiringuitos, garitos o festivales de moda que, salvo rara excepción, aportan bien poco a la difusión cultural del buen rock.
R.B.: Bueno, que un disco logre amplia difusión nunca es casual. Quiero decir que si las canciones son realmente buenas la obra sale adelante por sí misma. Aquí no valen de nada las estrategias. En mi caso, no soy de los que piensan que el público no tiene criterio, que el vulgo no sabe apreciar y cosas por el estilo. Si mis discos no suenan en la radio será por algo que en todo caso me concierne a mí. Seguramente hay una cadena de circunstancias que hacen que mis canciones se queden en los márgenes. Yo las intuyo pero tampoco las quiero exponer aquí, porque entonces debería hablar en contra de mí mismo.
J.J.: Estamos rodeados de amenazas y de peligros. En los últimos tiempos han habido cambios sociales a mansalva. ¿Hay esperanza o consideras que solamente se divisa un futuro decadente?
R.B.: No creo que vivamos tiempos más convulsos que otros. Es normal que cada generación se piense protagonista del fin del mundo, por decirlo así, con más razón ahora que la información es torrencial, verdaderamente abrumadora, pero en realidad nuestro tiempo no es especialmente convulso si lo comparamos con cualquier otra época. En cierto modo creo que muchos conflictos han sido superados, pensemos por ejemplo en América latina, en las innumerables guerrillas de los años setenta. O en las guerrillas del continente africano. Pensemos en Camboya, Corea, Vietnam... O en la generación que vivió la guerra civil española y acto seguido la segunda gran guerra. Nosotros tenemos lo nuestro, que no es poco. Los males de la mundialización es nuestro signo de los tiempos.
J.J.: Creo que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad y sin alzheimer debería emocionarse o, en su caso, verse reflejado en alguna parte de ese recorrido vital que son “Los ayeres muertos”.
R.B.: Puede ser. Yo veo esa canción como el testimonio del hombre corriente que da fe de su existencia. Y digo del hombre corriente porque no quise hacer un catálogo de cosas asombrosas ni extraordinarias. Simplemente fenómenos y experiencias comunes, que cualquiera ha podido tener. Es una oda a la mirada humana, a la experiencia humana. Es al mismo tiempo una canción gozosa, y por otro lado, o por eso mismo, una canción que no puede ser sino melancólica. Es alegre por lo que tiene de celebración de la vida, de los seres y las cosas de la vida, y triste porque anticipa la inevitable desaparición, el término, el olvido.
J.J.: Nada como ser, por ejemplo, maniático. Que tire la primera piedra el que no lo sea. Es saludable reconocerlo, ¿no?
R.B.: Hay que cultivar las manías como la mejor parte de nosotros. Es al fin y al cabo lo que nos singulariza. Artísticamente hablando al menos. En el arte, lo que venimos a juzgar como defectos son a la larga la característica más destacada de un autor. Lo que lo hace único. Ocurre muchas veces. Puedes amarlo o puedes odiarlo por ello. Otra cosa es que el autor lo llegue a comprender a su debido tiempo, y a aceptar, lo cual no es fácil.
J.J.: El destino lo forja el temperamento. Sí, pero a veces existen circunstancias, digamos colaterales, que hacen variar el desarrollo de los acontecimientos o la forma de ser de cada persona.
R.B.: Sí, claro. Sin duda. No existe ni el libre albedrío absoluto ni la Providencia absoluta. Esa canción que mencionas repasa la vida del personaje, mentalmente. Habla para sí al hilo del pensamiento. De un pensamiento balbuceante, incongruente. Por eso dice que él “ya se entiende”. Acaso se odie a sí mismo. Está abocado al desastre. Se reprocha mil cosas. Todo lo malo que le ocurre es a causa de su temperamento. Ni siquiera es serio para resolver y poner fin a su vida. Seguramente camine borracho por las calles desiertas.
Es una letra muy simple y por eso mismo muy compleja de composición.
Es una letra muy simple y por eso mismo muy compleja de composición.
J.J.: Imagino que te lo habrán dicho más veces. La existencia a partir de la experiencia personal juega un papel muy importante en tus cultivadas letras.
R.B.: Pienso que hay que andar con cuidado, que nadie debería confundir al autor con el personaje. Es un engaño muy común en el que todos caemos, un exceso de romanticismo, o de ingenuidad. En realidad un autor no es sino alguien que observa. Una canción puede estar hecha a partir de la experiencia personal o de la experiencia ajena, o ser una mezcla de ambas cosas, o ser una pura invención. Al fin y al cabo los sentimientos y las ideas son intercambiables. Un hombre es todos los hombres. Al mismo tiempo lo que uno expresa suele ser de lo que se carece, precisamente. Lo que no es, lo que no llegará a ser jamás. Por ejemplo: Una personalidad turbulenta encuentra la inspiración natural evocando el paraíso bucólico. Alguien que ama en exceso, en el asco hacia el género humano. Un temperamento rutinario, en la épica... etc, etc. De mis canciones no voy a decir hasta qué punto son biografía o no. Eso hay que dejarlo a la imaginación.
J.J.: También en ellas parece que te liberes mostrándote defensor de la espontaneidad, de lo absurdo, del dadaísmo.
R.B.: Bueno, el dadaísmo es una solemne tontería, como muchas otras vanguardias, pero una tontería que a mí me ha interesado mucho en cuanto a ese lado gamberro y antisocial, y a la dosis de humorismo que tiene. De algún modo se trata de un Punk avant la lettre. Es de lo que habla la canción “Contra La Lógica”. Con una mención especial a Buñuel (“con la córnea y con el filo”), y a Harpo Marx (“con el arpa y con el claxon”). Es una especie de simbólico llamamiento a todas las fuerzas subversivas, como si estos movimientos estuvieran reunidos en organizaciones, cosa que no es cierta, sino pura invención.
J.J.: Eres el que eres y niegas el olvido. Quizás por ello me recuerdas tanto en algunos pasajes al Lou Reed del “Magic and loss”.
R.B.: Te refieres a la canción “El Animal Que Has Sido”. El pasado que no acaba de pasar. La bestia que se nos despierta dentro de cuando en cuando. Metí esa canción en el último momento, cuando ya el disco estaba terminado, y de hecho no está grabada en el estudio sino en el local de ensayo, con un micrófono barato.
J.J.: Una curiosidad a nivel general. ¿Fuiste consciente en todo momento de que querías un giro más eléctrico respecto a “1971” y “Diarios” o la cosa fue surgiendo de forma natural?
R.B.: Sí, fue premeditado. Quería hacer un disco con dos guitarras, bajo y batería. Esa era la premisa. Y por eso busqué a dos guitarristas como son Rafa Rueda y Joseba B. Lenoir. Hay también una tercera guitarra que es la mía. La banda se completó con el batería vasco-francés Félix Buff y con el bajista Lutxo Neira, con quien yo había colaborado antes. En realidad no nos conocíamos, ni ellos entre sí se conocían, excepto en el caso de Lenoir y Buff.
Cuando acabé el trabajo solitario de grabar la maqueta de las canciones, cosa que me llevó unos seis meses, hicimos juntos tres sesiones en el local. Recuerdo que fue entre Navidad y Nochevieja del 14. Acto seguido nos encerramos una semana en el estudio Akárate de Navarra, con Jonan Ordorika a los mandos. Yo canté después las canciones en Madrid, con José María Rosillo, en el barrio de la Guindalera. Las pistas regresaron de nuevo a Azkárate y allí, a lo largo del invierno, se mezcló y masterizó bajo el criterio de Lutxo Neira. Esa es la historia del disco “Paradoja”.
J.J.: “En lo mórbido” es una de las canciones que más me han perturbado. No me excederé en excesivos elogios, dejémoslo en que me parece el Coloso de Rodas del disco. Sensualidad, lascivia y tantas referencias a la mitología griega la convierten en un copla atípica y tremendamente profunda.
R.B.: Sí, es una canción que habla en cierto modo de canibalismo. Del ansia de morder, de “incorporarse” al otro. En realidad confieso que empecé el tema porque quería poner la palabra “vulva” en alguna canción. Me parecía una cosa difícil y bastante insólita. Luego se me ocurrió ponerla en un contexto de figuras de la mitología griega, para tomar distancia, pero al mismo tiempo y en paralelo, que la voz fuese la del personaje que canta, digamos. El resultado fue esa mezcla de Zeus disfrazado de cisne y su amante, Leda; Yocasta y Edipo; Jasón y Medea; Andrómeda y Perseo. En fin, un pequeño disparate cuyo escenario es la cama deshecha de dos amantes. Eso sí: me lo pasé muy bien escribiéndo esa letra, aunque también reconozco que me costó un trabajo quizá excesivo para el efecto que se consigue.
J.J.: Más cosas. En teoría los discos, los libros, las fotografías, las casas, nuestros objetos inanimados tienen más futuro, más vida que sus dueños o autores. Algo es algo.
R.B.: No sé si eso puede llegar a ser un consuelo. Yo creo que hay un patetismo doloroso, casi insoportable en ello. Aunque depende del tipo de objeto: una colección de discos o una biblioteca heredada puede llegar a ser una cosa muy útil. Ahora bien, ¿Qué hacer con los cuadernos personales, con las fotografías, con los objetos más puramente sentimentales? Yo propugno dar al fuego con todo. No dejar rastro ninguno. Un retrato amarillento todo lo más. Sólo uno. Tener la delicadeza de no dar motivo a la melancolía a quienes nos sucedan.
J.J.: Y, sin embargo, “solo el amor que me has dado no muere conmigo”. Ese verso es una bomba, el mejor final, la sentencia inapelable de un gran disco.
R.B.: Muy agradecido por tu apreciación. Es la línea final que resuelve el hilo narrativo del poema, cuando éste, en su comienzo, no parecía versar sobre el tema amoroso. Es un golpe de efecto calculado. Un juego de prestidigitación. La vida es imprevisible, el mundo como tal puede desaparecer en cualquier momento. Después de todo, todos los asideros se desmoronan. Sólo el amor nos salva.
J.J.: Pues eso Rafa, muchas gracias por la deferencia de compartir tus impresiones conmigo para este espacio donde tenemos tu música y tu arte en altísima consideración.
R.B.: Al contrario: muchas gracias a ti. Uno escribe al fin y al cabo para comunicar ideas y sentimientos con los demás. Aunque sea torpemente.
* Desde este espacio recomendamos encarecidamente "Paradoja" de Rafael Berrio. Enlace de la reseña del mismo:
http://www.woodyjagger.com/2015/07/rafael-berrio-paradoja-2015.html
R.B.: Bueno, el dadaísmo es una solemne tontería, como muchas otras vanguardias, pero una tontería que a mí me ha interesado mucho en cuanto a ese lado gamberro y antisocial, y a la dosis de humorismo que tiene. De algún modo se trata de un Punk avant la lettre. Es de lo que habla la canción “Contra La Lógica”. Con una mención especial a Buñuel (“con la córnea y con el filo”), y a Harpo Marx (“con el arpa y con el claxon”). Es una especie de simbólico llamamiento a todas las fuerzas subversivas, como si estos movimientos estuvieran reunidos en organizaciones, cosa que no es cierta, sino pura invención.
J.J.: Eres el que eres y niegas el olvido. Quizás por ello me recuerdas tanto en algunos pasajes al Lou Reed del “Magic and loss”.
R.B.: Te refieres a la canción “El Animal Que Has Sido”. El pasado que no acaba de pasar. La bestia que se nos despierta dentro de cuando en cuando. Metí esa canción en el último momento, cuando ya el disco estaba terminado, y de hecho no está grabada en el estudio sino en el local de ensayo, con un micrófono barato.
J.J.: Una curiosidad a nivel general. ¿Fuiste consciente en todo momento de que querías un giro más eléctrico respecto a “1971” y “Diarios” o la cosa fue surgiendo de forma natural?
R.B.: Sí, fue premeditado. Quería hacer un disco con dos guitarras, bajo y batería. Esa era la premisa. Y por eso busqué a dos guitarristas como son Rafa Rueda y Joseba B. Lenoir. Hay también una tercera guitarra que es la mía. La banda se completó con el batería vasco-francés Félix Buff y con el bajista Lutxo Neira, con quien yo había colaborado antes. En realidad no nos conocíamos, ni ellos entre sí se conocían, excepto en el caso de Lenoir y Buff.
Cuando acabé el trabajo solitario de grabar la maqueta de las canciones, cosa que me llevó unos seis meses, hicimos juntos tres sesiones en el local. Recuerdo que fue entre Navidad y Nochevieja del 14. Acto seguido nos encerramos una semana en el estudio Akárate de Navarra, con Jonan Ordorika a los mandos. Yo canté después las canciones en Madrid, con José María Rosillo, en el barrio de la Guindalera. Las pistas regresaron de nuevo a Azkárate y allí, a lo largo del invierno, se mezcló y masterizó bajo el criterio de Lutxo Neira. Esa es la historia del disco “Paradoja”.
J.J.: “En lo mórbido” es una de las canciones que más me han perturbado. No me excederé en excesivos elogios, dejémoslo en que me parece el Coloso de Rodas del disco. Sensualidad, lascivia y tantas referencias a la mitología griega la convierten en un copla atípica y tremendamente profunda.
R.B.: Sí, es una canción que habla en cierto modo de canibalismo. Del ansia de morder, de “incorporarse” al otro. En realidad confieso que empecé el tema porque quería poner la palabra “vulva” en alguna canción. Me parecía una cosa difícil y bastante insólita. Luego se me ocurrió ponerla en un contexto de figuras de la mitología griega, para tomar distancia, pero al mismo tiempo y en paralelo, que la voz fuese la del personaje que canta, digamos. El resultado fue esa mezcla de Zeus disfrazado de cisne y su amante, Leda; Yocasta y Edipo; Jasón y Medea; Andrómeda y Perseo. En fin, un pequeño disparate cuyo escenario es la cama deshecha de dos amantes. Eso sí: me lo pasé muy bien escribiéndo esa letra, aunque también reconozco que me costó un trabajo quizá excesivo para el efecto que se consigue.
J.J.: Más cosas. En teoría los discos, los libros, las fotografías, las casas, nuestros objetos inanimados tienen más futuro, más vida que sus dueños o autores. Algo es algo.
R.B.: No sé si eso puede llegar a ser un consuelo. Yo creo que hay un patetismo doloroso, casi insoportable en ello. Aunque depende del tipo de objeto: una colección de discos o una biblioteca heredada puede llegar a ser una cosa muy útil. Ahora bien, ¿Qué hacer con los cuadernos personales, con las fotografías, con los objetos más puramente sentimentales? Yo propugno dar al fuego con todo. No dejar rastro ninguno. Un retrato amarillento todo lo más. Sólo uno. Tener la delicadeza de no dar motivo a la melancolía a quienes nos sucedan.
J.J.: Y, sin embargo, “solo el amor que me has dado no muere conmigo”. Ese verso es una bomba, el mejor final, la sentencia inapelable de un gran disco.
R.B.: Muy agradecido por tu apreciación. Es la línea final que resuelve el hilo narrativo del poema, cuando éste, en su comienzo, no parecía versar sobre el tema amoroso. Es un golpe de efecto calculado. Un juego de prestidigitación. La vida es imprevisible, el mundo como tal puede desaparecer en cualquier momento. Después de todo, todos los asideros se desmoronan. Sólo el amor nos salva.
J.J.: Pues eso Rafa, muchas gracias por la deferencia de compartir tus impresiones conmigo para este espacio donde tenemos tu música y tu arte en altísima consideración.
R.B.: Al contrario: muchas gracias a ti. Uno escribe al fin y al cabo para comunicar ideas y sentimientos con los demás. Aunque sea torpemente.
* Desde este espacio recomendamos encarecidamente "Paradoja" de Rafael Berrio. Enlace de la reseña del mismo:
http://www.woodyjagger.com/2015/07/rafael-berrio-paradoja-2015.html
Lucidez, estilo y mucha categoría artística. Soberbia entrevista.
ResponderEliminarFran
Bravo, Johnny. Da gusto leer una entrevista con enjundia, es ya algo difícil de encontrar. Me levanto del ordenador y os aplaudo cinco minutos seguidos a los dos. Me ha encantado saber más del proceso de creación de Paradoja. Mucho, mucho. Eso que dice de "En lo mórbido" me da risa: "reconozco que me costó un trabajo quizá excesivo para el efecto que se consigue". A mí me pone cachonda, directamente, sin metáforas ni personajes mitológicos, no sé si es el efecto que buscaba. Me parece el mejor poema erótico de la Historia, bien vale todo ese esfuerzo. Y la electricidad y esa forma "burraca" de pronunciar "estrechamente". Joder. En fin, es un disco maravilloso, qué te voy a contar que no hayas dejado ver en esta entrevista, nos vuelve locos.
ResponderEliminarBesos y gracias a los dos por cuidar tanto las cosas que hacéis.
Su disco será con el tiempo un clásico del rock español, tiempo al tiempo. Te quiero contar que hace poco estuve viendo en directo a Chencho Fernández, cuando acabó el concierto me acerqué para que me firmara el disco (otro grande de este año); le pregunté si había escuchado el disco de Berrio, me dijo que sí entusiasmado. Es ese punto en común que tienen los genios, esa humildad en las palabras y modestia sincera. Me ha encantado la entrevista. Un abrazo
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrevista, por lo que significa y por el artista, está claro que este blog es cada día más grande. Me está pasando recientemente que no dejo de escuchar este disco y los dos anteriores, ciertamente de lo mejor que he escuchado en castellano. Reconozco que la única parte que no me termina de convencer es cuando recita en lugar de cantar, la voz para mí es el principal instrumento y me gusta que vibre. Me siento muy identificado en muchas de sus letras, esas comeduras de coco de "Inanimados" me suenan tanto. Todas sus letras me parecen grandiosas. Confieso que este disco me ha hecho conocer su obra, en la que quiero seguir indagando. Grandes los dos
ResponderEliminarEspléndida entrevista, Johnny, aunque cuando el preguntado es tan brillante como Berrio tienes gran parte ganada.
ResponderEliminarUn abrazo.
El Espacio empieza a alcanzar un nivel de mucha consideración, si bien estas entrevistas son excelentes, la de hoy me ha parecido impresionante, un repaso muy profundo y diáfano sobre un cancionero impecable,llamado a perdurar en memorias, en lo personal además me siento identificado con el autor en sus comentarios de los primeros párrafos. Será que uno también cultiva sus miserias. Aunque esta mañana es dificil tener sangre fría a la hora de analizar el actual momento del planeta.
ResponderEliminarMi enhorabuena Johnny, excelente entrevista, gracias a ambos.
Un gran abrazo.
Excelente entrevista Johnny. Me gusta, aparte de las referencias puramente musicales de su grabación última, cuando habla de quemar todo para no dar pie a la nostalgia de los herederos que nos sigan. He intentado comprar el disco pero el dealer me comenta que no le salen las cuentas al venderlo. Por lo visto la multinacional con la que graba Berrio "obliga" a la tienda a hacerse con otras grabaciones de artistas que no le interesan tanto. Tengo pensado hacerme con él.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Maravilloso Johnny, he vivdo con vos el proceso de enamoramiento de este genial poeta que tenemos en Donostia y esta entrevista es la gota esencial que colma el vaso del mejor disco en lengua castellana del año y seguramente con cartografía de Lapido del siglo XXI.
ResponderEliminarEn fin que si es cierto que el entrevistado cuenta pero la entrevista también. Una POM, así con letras de oro y ya te digo que me la imprimo tamaño cd y la meto porque es mejor que cualquier nota de portada. Gracias brother.
Una cosa nos falta, que veas su directo con la banda, y que esté presente, toda la estima como artista y como entrevistado que le tienes, pasará ya a la consideración de algo difícil de explicar pero , desde todo punto de vista, sublime.
Le vi en directo hace pocas fechas, y desde luego es un artista único, tanto en su concepción de la música como en su perspectiva de todo. Es un poeta que se disfraza de cantautor y a la vez rockea. Gran entrevista.
ResponderEliminarBrazzzos.
Gracias amigos, vuestros comentarios engrandecen la entrevista y, muy especialmente, las impresiones del verdadero crack en todo esto, Rafa Berrio. Ahora lo que hace falta es encumbrar donde se merece "Paradoja", sentir orgullo de esta obra y proclamarlo a los cuatro vientos. Yo lo tengo claro, si no aparece nada que me asombre en el próximo mes es el mejor disco del año en España, en USA, en UK y en Sebastopol, y además con bastante diferencia sobre el segundo clasificado. Abrazos.
ResponderEliminarUna gran entrevista, Johnny. Me gusta mucho esta sección. Va cogiendo un gran nivel.
ResponderEliminarUn abrazo!