...quién es más sabio, si un incombustible clásico del jazz más emocional como Charles Lloyd o una auténtica musa del rock como Lucinda Williams que mantiene una regularidad atípica con el paso de las décadas...
Dice el proverbio popular que quien anda con sabios, sabio será. O al menos se enriquecerá con su sabiduría. La verdad es que no es cuestión de descifrar quién es más sabio, si un incombustible clásico del jazz más emocional como Charles Lloyd o una auténtica musa del rock como Lucinda Williams que mantiene una regularidad atípica con el paso de las décadas.
De entrada me fío bastante poco del resultado de duetos o colaboraciones en el mundillo musical, tantas veces enfocados hacia aspectos comercialoides, pero siempre hay excepciones que confirman la regla. Tal es el caso que nos ocupa, y eso que previamente puede aparentar tan quimérico como extravagante. Por supuesto hay que mencionar que ambos están brillantemente escoltados por músicos del calibre de The Marvels (Bill Frisell y Greg Leisz a las guitarras, Reuben Rogers al bajo y Eric Harland a la batería).
No es la primera vez que el gran maestro del jazz ha colaborado con ilustres invitados y, si nos fijamos en su trayectoria, se puede recordar desde Willie Nelson o Norah Jones hasta Roger McGuinn y Mike Love de los Beach Boys en aquel histórico álbum "Waves" de 1972.
Por su parte, la diva de Luisiana participa en unas exquisitas revisiones de su repertorio más relativamente reciente, como "Ventura", "Unsuffer me" o "Dust", a las que se suma "We've come too far to turn around" y una magnífica versión del clásico "Angel" de Jimi Hendrix como colofón del disco. Entre ellas deambula un repóker de instrumentales que son canela fina, dos de las cuales son adaptaciones como el "Monk's mood" del mítico pianista de jazz Thelonius Monk o el clásico de soul sixtie "Ballad of the sad young men" de Roberta Flack.
Así, entre brochazos de jazz, de country y de soul transcurre "Vanished gardens", un álbum tan inspirado como bucólico, profundo y adictivo. Una auténtica gozada.
No me había enterado de esta publicación, la verdad, pero tomo nota parece que merece la pena.
ResponderEliminarAbrazos.
Tú lo has dicho, una gozada, la voz de Lucinda desgarra el alma y gana en emoción con el tiempo, me gusta la Lucinda de las telecasters rugiendo pero este disco es sorprendente, lloro cada cez que escucho ese Angel. Un abrazo infinito
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