...con el oficio y actitud del granadino y sus acompañantes se produjo la enésima lección de integridad rocanrolera por parte de todo un referente a seguir y admirar...
Por Johnny JJ
La Sala Loco Club de Valencia exhibió un aforo considerable, digamos que casi lleno aunque nunca lo suficiente dada la magnitud de lo acontecido, un 'sold out' hubiese sido justo y razonable. Ahora bien, me atrevería a poner la mano en el fuego de que ha sido la vez que más me ha parecido abarrotado un garito entre los conciertos que un servidor ha visto de The Grandmaster.
En cuanto a la actuación no hubieron excesivas sorpresas, al menos para los más fieles. Como es costumbre el granadino no falla en estudio ni en directo y, en este último apartado, siempre da la sensación de que todos los aspectos que lo rodean están meticulosamente calculados, desde el orden del repertorio a cualquier detalle de sonido.
"No soy mejor ni peor que cualquier vino malo del 62", toda una declaración de intenciones, podríamos decir que ese verso sirvió de pistoletazo de salida y que con los "Pájaros" incandescentes dejamos sonar su música una vez más. Después, "Nuestro trabajo", además de reivindicar su dilatada trayectoria, fue la primera del que sería, lógicamente, el plato fuerte de la actuación, su flamante último álbum "El alma dormida". A lo largo de la velada sonarían posteriormente "Mañana quien sabe", "¡Cuidado!", "Como si fuera verdad", "Estrellas del purgatorio", "Dinosaurios", "Lo que llega y se nos va" (seguramente una de las que más hizo vibrar a la concurrencia), "La versión oficial", "No hay prisa por llegar" y "Escalera de incendios".
No faltaron clásicos de todos sus discos, desde la siempre extraordinaria "Luz de ciudades en llamas" hasta "Cuando el ángel decida volver" como colofón a modo de himno trascendental. Entre ambas discurrió el espíritu más vibrante y rocanrolero marca de la casa con "Lo creas o no", "Noticias del infierno", "El dios de la luz eléctrica" o "Cuando por fin". Se sumaron baladas cartográficas o celestiales como "Algo me aleja de tí", "No queda nadie en la ciudad" o "En el ángulo muerto", y retumbaron inolvidables coplas que representan a los perdidos y desencantados como "No digas que no te avisé", "La antesala del dolor", "El más allá" y "La hora de los lamentos".
* Todas las imágenes publicadas en la crónica son del archivo personal del redactor JJ. También imágenes de Hort Iaia y de Luis Saporta.
Aquí le espero, sólo leerte hace que me ataquen las ganas. No pasan los lustros por el master.
ResponderEliminarAbrazos,