LOS RADIADORES - Los perros ladraron (2017)

LOS RADIADORES - Los perros ladraron 1

...es el trabajo más moderado y, al mismo tiempo, el de apariencia exterior con mayor elaboración. Y, por qué no confirmarlo, el mejor y más maduro disco que han grabado hasta el día de la fecha...

Y llegó el día. "El cielo se abrió, se encendió un neón, los gallos cantaron..." Y por fin "Los perros ladraron". Un título que, antes de prestarle la debida atención a su contenido y conociendo los gustos de estos "calefactores del rock hispano", podría evocar muchas cosas, desde estar en la onda de La Iguana con sus Stooges o de Parálisis Permanente hasta llevar implícita, y casi íntegramente, la orientación musical de sus anteriores publicaciones.

Sin embargo este tercer álbum de LOS RADIADORES (cuarto si tenemos en cuenta el Ep con el que debutaron), es el trabajo más moderado y, al mismo tiempo, el de apariencia exterior con mayor elaboración. Y, por qué no confirmarlo, el mejor y más maduro disco que han grabado hasta el día de la fecha.

LOS RADIADORES - Los perros ladraron 2

Incidiendo en lo anteriormente expuesto, las guitarras se muestran más diáfanas que respecto a la mayoría de anteriores coplas de los valencianos. Ejemplo de ello sería el inicial corte, el primero que vio la luz con caracter promocional. Difícil hallar mejor manera de agasajar y emular las enseñanzas de uno de los pioneros y creadores del rock and roll como fue "Buddy Holly". La originalidad de este tributo a aquel 3 de febrero de 1959, más conocido como "el día en que murió la música", reside primordialmente en cierto toque oscuro y castizo con el que resulta casi inevitable que en algún detalle nos acordemos de la mítica banda gabinetera de Jaime Urrutia.

Ya circulando por los conductos y cilindros del espacio "radiador" nos topamos con un segundo corte, "Estás de suerte", aguda crítica a la prensa amarillista donde se resalta el modo en que la televisión consigue destacar aspectos secundarios para vampirizar y crear adictos a la información, digamos que con el fin de obtener aquella "voluntad pasiva" que en su día entonaba el ilustre Rosendo.

Otra letra que catalogaría como muy inteligente es la que fue elegida como tercera tarjeta de presentación previa. "La última función" posee detalles afectivos entre copas de vino y licor dentro de una especie de folk-pop muy personal, donde se introducen exquisitos arreglos de guitarra a cargo del egregio Manolo Bertrán de Doctor Divago.

LOS RADIADORES - Los perros ladraron 3

Toda una entelequia es "Más no te puedo dar", realizada con cuidadoso esmero tanto en el apartado instrumental como con una imaginativa letra sobre quimeras e ilusiones. Algo similar podríamos decir de "Felicidad", con trazos influidos por el universo de Doctor Divago y, a buen seguro, la que posee más elementos sensibles y emotivos del disco. Se trata, al fin y al cabo, de una especie de dedicatoria a las dos hijas de Raúl Tamarít, donde el compositor, cantante y guitarrista se pone en el pellejo de ese mundo infantil de charlas, sensaciones y sentimientos.

Probablemente las que más siguen la línea marcada en los álbumes precedentes de Los Radiadores son "Marte ya no nos quiere", "Dando lecciones" y "Sin saber que hacer". La primera es una especie de himno punk-popero, digno heredero de aquellas canciones sencillas, urgentes y directas que a su vez estaban influenciadas por nombres como The Clash o los Ramones, y que más frecuentemente imperaron en España durante el primer lustro de la década ochentera. De la segunda destacaría una letra que semi-oculta cierta crítica ácida a esos héroes anónimos (o no tan anónimos) que se dedican a disertar sobre todas las materias y que cada vez abundan más en las redes sociales, donde han encontrado un filón para su vanidad. En cuanto a la tercera es probablemente la que mejor representa el concepto del álbum y en la que además llevan a su terreno las enseñanzas de Don Eduardo Benavente, especialmente por esa fenomenal línea de bajo.

Tal y como destaqué los "Círculos concéntricos" de "Gasolina, santos y calaveras", estos señores tienen la buena costumbre de dejar para el final mi favorita del disco. "Cuerdo de atar" es un temazo de tomo y lomo con esas modulaciones sónicas y el efecto instrumental de wah wah. Claro que la camisa de fuerza no queda mal, con ella podemos disfrutar y hasta saldar nuestras dudas de fe gracias al buen pop-rock que todavía podemos hallar de forma aislada en alguno de nuestros ricos idiomas. A ladrar!!! 

Comentarios

  1. Coincido prácticamente al 100% con tu reseña. Me ha gustado el paralelismo entre "Cuerdo de atar" y "Circulos concéntricos", yo también vi cierta semejanta en el final por todo lo alto de los dos discos. no tengo el EP, pero también coincido en que este es su mejor disco hasta la fecha.
    Un abrazo.

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  2. A ver si les veo en directo en Madrid. Muy buen texto, Johnny, lo tradicional en tu casa.

    Un abrazo.

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  3. Es un gran disco. Los Radiadores continúan dándonos alegrías. Abrazos.

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