...fue un experimento minoritario, vanguardista, a contracorriente, de una pionera banda de culto que durante décadas vagabundeó y callejeó su legado por pasadizos y subsuelos rocanroleros...Harto difícil aportar algo nuevo sobre el magno debut velvético, del que tantos ríos de tinta se han escrito. Pero no se trata aquí de contribuir con algún hallazgo o juicio de valor sobre novedosos detalles sino simplemente rendirle un humilde y entusiasta tributo dentro del 50 aniversario de una obra cuya grandeza absoluta permanecerá inalterable por los siglos de los siglos.
Hoy, 11 de marzo del 2017, se cumple medio siglo desde que viera la luz una creación que, a estas alturas de la vida, pocos son los ignorantes que dudan de su importancia aunque muchos todavía son los que no la conocen en profundidad o no la valoran en su justa medida.
El plátano fue transgresor y ajeno a modas desde un principio, iba por libre, no perteneció a ninguna de las tres corrientes que despuntaban en la América de 1967, tales como la música de la Costa Oeste con bandas como Doors, Jefferson Airplane,…, el soul y rhythm&blues de Aretha Franklin, Otis Redding,… o la invasión británica de nombres como Beatles, Stones, Animals, Kinks, Cream, The Who,…
Por ello y seguro que por mucho más el plátano fue un experimento minoritario, vanguardista, a contracorriente, de una pionera banda de culto que durante décadas vagabundeó y callejeó su legado por pasadizos y subsuelos rocanroleros. En cierto modo se puede decir que abrió la puerta trasera y, sin lubricantes, se introdujo por la cavidad anal de la historia del rock. Con carácter mayoritario sufrió la indiferencia y el desprecio de sus coetáneos y de posteriores generaciones hasta que, poco a poco, comenzó a propagarse y esparcirse su caudaloso líquido seminal.
Al amparo de Andy Warhol era prácticamente imposible etiquetar una obra que, podríamos decir, circulaba entre la Beat Generation, el rock and roll más infernal, el proto-punk, el art-rock o la psicodelia. Lo que no deja margen para las dudas es que sería determinante en movimientos concretos tales como el krautrock o el punk-rock así como tremendamente influyente a nivel general en el devenir de la música popular de calidad.
11 gloriosas y legendarias canciones:
“Sunday morning” es como una isla, hipnótica, para domingos resacosos, para ese mundo que está detrás, que te vigila y que siempre mira tus actos. Entre las teclas de la celesta y la viola de John Cale todavía me resulta bastante inconcebible que esa dulce voz en falsete sea la de Lou Reed.
Si “I’m waiting for the man” nos retrata al “amigo camello”, es una sinfonía como “Heroin”, entre crescendos y descensos a los infiernos, donde mejor se refleja el placer y el horror de la droga. Ambas son tan crudas y directas como la vida misma, con ellas el rock dejaría definitivamente la inocencia.
“Femme fatale” y “I’ll be your mirror” son dos de los tres temas cantados por Nico. Esos labios de mujer que te adularán y te engañarán en un pop melódico de una belleza indescriptible. La tercera gema de la musa de origen germano es “All tomorrow’s parties”, probablemente mi favorita del disco, incluida como plato fuerte del single con el que empezaría la leyenda, donde la Tucker golpea a nivel percusivo, donde entre hipnóticas y estimulantes sensaciones no hay misericordia en un ritmo tribal y uniforme.
Otro megatemazo rompedor para su época. “Venus in furs” es sadomasoquismo puro y duro, tanto a nivel de letra como instrumental. Por su parte “There she goes again” es mucho más cruel y despiadada de lo que aparenta y “Run run run” es, posiblemente, la que más se acerca a las estructuras clásicas del rock, aunque con ciertos detalles psicodélicos o de country-rock para retozar en el lado más salvaje de la vida.
“The black angel’s death song” y “European son” sirven de colofón y son, seguramente, las dos piezas menos accesibles. Ambas pondrían los cimientos de la posterior “White light, white heat”, conocida como la “biblia negra del rock”. Afortunados los que pudieran ver algún show del Exploding Plastic Inevitable en aquellos tiempos porque seguro que ellos vieron alguna luz que les dejó una profunda huella.
El mágico semén velvético comenzaría a hacer estragos. Primero fue Iggy Pop y sus Stooges, después algunos detalles de obras maestras como “Sticky fingers” de los Stones o “Hunky Dory” de Bowie están en deuda con el plátano velvético. Idem de lo mismo le debe mucho el apartado más tormentoso de la primera Roxy Music, el lado más feroz de los New York Dolls e incluso la parte más acústica de Bolan o de Big Star en su "Third" álbum .
Pero realmente no sería hasta después de que Lou Reed reflotara material velvético con el "Rock and roll animal" en 1974 cuando comenzó a crecer ese mundillo underground. A finales de los 70’s, con Tom Verlaine y Television se vio más claramente la influencia de The Velvet Underground. Se sumarían a tan digna causa nombres como Joy Division, The Cure, Magazine, Jesus and Mary Chain, Dream Syndicate, Sonic Youth,... Poco a poco irían llegando versiones de este primer álbum para todos los gustos. A destacar nombres como James, Bettie Serveert, Matthew Sweet con Susanna Hoffs, OMD, Bauhaus, Georgia Satellites, Propaganda, REM, Teenage Fanclub, Echo and The Bunnymen, Japan, Nick Cave, Buffalo Tom, Roky Ericson, Billy Idol, Beat Farmers, The Primitives, Ride,…
Pero realmente no sería hasta después de que Lou Reed reflotara material velvético con el "Rock and roll animal" en 1974 cuando comenzó a crecer ese mundillo underground. A finales de los 70’s, con Tom Verlaine y Television se vio más claramente la influencia de The Velvet Underground. Se sumarían a tan digna causa nombres como Joy Division, The Cure, Magazine, Jesus and Mary Chain, Dream Syndicate, Sonic Youth,... Poco a poco irían llegando versiones de este primer álbum para todos los gustos. A destacar nombres como James, Bettie Serveert, Matthew Sweet con Susanna Hoffs, OMD, Bauhaus, Georgia Satellites, Propaganda, REM, Teenage Fanclub, Echo and The Bunnymen, Japan, Nick Cave, Buffalo Tom, Roky Ericson, Billy Idol, Beat Farmers, The Primitives, Ride,…
Para un servidor, salvo días en que no me siento cabal ni equilibrado, es el disco más grande que se ha parido, aunque eso siempre es y será una opinión subjetiva sin ánimo de ser compartida. Lo que resulta indiscutible es que actualmente, entre cualquier especialista que se precie, se recomienda "The Velvet Underground & Nico" porque son sobradamente reconocidos los beneficios del plátano velvético. Y es que tanto potasio musical disminuye la presión arterial, ayuda a reducir enfermedades del corazón y hasta incluso sirve tanto para hacer una buena digestión como para laxante. ¿Qué más se puede pedir?
me ha gustado lo de la cavidad anal... Mítica obra.
ResponderEliminarBrazzzo.
Pues eso, una obra única y esencial. Si no es el mejor discso, desde luego es igual de bueno que el mejor de los Beatles, de Bob Dylan o de Neil Young. Esa introducción tajante de las vanguardias europeas en el pop, el rock and roll y el R&B no tiene parangón. Brutal.
ResponderEliminarAbrazos.
Uno de mis cinco discos indiscutibles, ninguno le iguala en carisma y transgresión y desde luego el álbum más influyente de la historia.
ResponderEliminarImpecable artículo sin duda.
Un abrazo
Bravo. Impresionante disco, no hay otro igual.
ResponderEliminarYo fui siempre del Loaded , más simplón menos influyente que el de la Banana pero ami gusto más humano y accesible. Eso si no hay duda que el Banana es una referencia en la historía de la música pues nada igual se habia facturado hasta la fecha y sólo unos pocos supieron plagiarlo con respeto y gusto. Eso lo hace grande influye pero con el paso de los años nadie supera el original. sin duda Obra Maestra como casi todo lo de VU
ResponderEliminarHubo un tiempo en que a los colegas y a mi nos encantaban los platanos, y las gafas de pastas, y la Factory y Warhol, hubo un tiempo en los 90 ya lejanos, que caimos prendidos de un disco frutero, que compramos todos los discos de Lou Reed y Cale, que perdonamos a Moe Tucker sus ideas reaccionarias porque cuando tocaba la bateria, la tía nos emocionaba. 50 años, 27 desde que caímos rendidos...
ResponderEliminarConfieso que nunca he leído un texto sobre el primer trabajo velvetiano tan lubricado, tan seminal, con tan claras referencias a la penetración anal (el plátano lo puede todo...). Tienes mucha razón en apuntar que a Velvet se les conoce aquí a raíz del primer éxito individual de Lou Reed, hasta entonces eran conocidos por muy pocos, suerte para ellos. Lou abre la puerta a Velvet y Velvet abre avenidas, nunca antes transitadas, a la música rock. Soy como Bernardo más del "Loaded", porque fue el primer trabajo que escuché de la banda neoyorquina y me llegó como un aldabonazo de otro aire. No quiero ni pensar qué hubiera pasado si Cale hubiera participado en la grabación de éste último.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Llevo un rato pensando qué comentar, y creo que no voy a decir nada porque me resulta imposible aportar algo nuevo a lo ya dicho y comentado de esta obra magna del rock, imprescindible, determinante, influyente a más no poder... Pues eso.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por el post, master. Lo has bordao, referencias escatológicas incluidas.
Un abrazo!
fue una experiencia fuera de lo normal el día que descubrí esta obra, no dispuse de aquel plátano que se pelaba en su momento, pero me hice de una caja de cds que desplegaba el plátano como en su momento lo hacía el vinilo ...
ResponderEliminarEste disco es lo más grande que se ha parido para mí, amigos. Me dio una nueva perspectiva de la vida y de la música. A partir de él nada fue lo mismo. Le debo mucho, con el disco que más estoy en deuda. Abrazos.
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