EZRA FURMAN: Rop'n'roll en la Rambleta (3-11-2015)

...es distinto, original, clásico y moderno a la vez, sensible y salvaje, punk y melódico, cenit y nadir...

Por Cisco Fran

Imagen cortesía de Junior Supersnob

Me temo que esta crónica no va a ser muy objetiva, pido disculpas por ello a los lectores de este prestigioso espacio/web. La razón es simple: EZRA FURMAN me tiene fascinado y ganado desde el principio del partido, y así lo que viene a continuación, a pesar de ser fiel a lo que sucedió en el escenario de La Rambleta, necesariamente está trufado de cierta mirada cómplice que espero no oculte la verdad de los hechos. 

¿Cuál es ésta? Ezra Furman es distinto, original, clásico y moderno a la vez, sensible y salvaje, punk y melódico, cenit y nadir. Con una banda, The Boyfriends, jovencísima, cómplice, ajustada como un reloj suizo y un puñado de canciones digno de cualquier gran escritor de canciones y que en directo ganan en empuje y arrebato a sus clones discográficos. En nuestro entorno Ezra Furman es, principalmente, conocido por sus dos últimos discos “Day of the dog” y “Perpetual Motion People”. Una amalgama de rock'n'roll y pop a partes iguales, o rop'n'roll según su propia definición, con lecturas punk o new wave en algunos momentos, reminiscencias de diferentes grupos en un abanico que podría abarcar desde Jonathan Richman a Dylan, desde los Violent Femmes a los New York Dolls y muchas ganas de divertir en el escenario. Es éste un cóctel explosivo que aderezado con el conveniente calor se desborda en escena. 

Imagen cortesía de Junior Supersnob

En Valencia no se encendió la chispa de inmediato, la sala medio llena, con gran profusión de medios escritos que miraban con interés el concierto, parecía un político en un debate a la defensiva, marcando una distancia con el escenario que Furman rompió enseguida al decir: “No tengáis miedo, acercaos más al escenario”. El concierto arrancó con el tema “Day of the dog” y a partir de ahí creció y creció, con momentos algidos como “I wanna destroy myself” o “Caroline Jones”, teniendo uno de sus clímax en la lectura “bluesy” de la veloz “And maybe God is a train”. Fue ésta una buena muestra de la versatilidad de Furman en el hecho de cambiar totalmente la lectura de un tema que siempre es uno de los momentos estrella de sus conciertos y que convertido en un blues pesado e intenso dejó patente su profundo pozo musical del que fue sacando muestras a cada canción que interpretó.

Imagen cortesía de Junior Supersnob

Centrado en los temas de sus dos últimos discos, ya mencionados, cambió la guitarra eléctrica por la acústica para tocar el éxito “My zero”, “Cold Hands”, la canción “The Mall”, presentada como una canción de amor y volvió a la electricidad con “Haunted Head”, “Wobbly”, “Lousy connection” o “At the bottom of the ocean”. Hubo momentos íntimos como en “Can I sleep in your brain” u “Ordinary Life”. 

Acabado el concierto, los bises ofrecieron una sorprendente “Penetrate”, nueva canción que interpretó él solo y que desgranaba una melodía folkie que podría haber firmado perfectamente Ramblin Jack Elliott, siguió una versión del “Crown of love” de Arcade Fire y remató la faena con una exuberante y divertida versión de “Restless Year”, el tema que abre su último disco.

Imagen cortesía de Junior Supersnob

Comunicativo, divertido, con su amaneramiento plúmbeo que uno no sabe cómo interpretar frente a la energía y potencia de su directo y genial junto a una banda que crea para él un mobiliario sonoro en el que se siente relajado cómo en el salón de su casa. Como nota simpática, firmó discos, besó a los fans con sus labios recién pintados para la ocasión y se hizo fotos con lo que se lo pidieron. Mi consejo: vayan a verlo siempre que tengan ocasión.

     * Texto: Cisco Fran