...no tiene nada que envidiar a los de fuera. En todo caso ya les gustaría a muchos de allí o de allá parir un gallo que cacareara como el de Germán Salto...
Las cosas vienen como vienen y son como son. Hay que aceptarlas. De verdad que me satura bastante eso de que nuestros artistas se dediquen a cantar en lengua anglosajona, para eso ya tenemos a los de fuera y, de forma inconsciente, tiendo a valorar mejor el que por aquí se arriesga en las ricas lenguas vernáculas del actual estado español y obtiene como resultado un producto musical de calidad. Pero ojo, tampoco es una obsesión y ello no me impide pasar por alto algunas cosas que considero que merecen la pena. Además, tampoco es que con nuestras lenguas todo sea para gritar de júbilo, ni mucho menos, ojalá. Al final la reflexión concluyente cuando me topo con artefactos cantados en inglés como “Salto” (o en el último semestre con joyas como las de Adrian Levi, Ambros Chapel o Bantastic Fand) es que cada artista debe hacerlo en el idioma que le pase por los cojones. Y luego ya veremos.
Imágenes portada e interiores de José Fragoso |
Nos remontamos al hallazgo, al momento revelador. Si resulta que leyendo al Tete Joserra en el Exile Sh Magazine (pasen y lean, no se corten, se puede escribir mejor -difícil- o peor, pero a pasión no le gana ni el mejor de los llamados especializados) hablaba de una colección de canciones mágicas, de sonido pulcro, hecho en el cielo, de Chris Bell, el alma dulce de la Gran Estrella, es entonces cuando al que suscribe se le disparan todas las alarmas. Eso sí, en estas cosas siempre me surge primero un estúpido espíritu dubitativo y vacilante pensando si el que elogia ha podido ser algo exagerado, desproporcionado, aunque, al mismo tiempo, en este caso la curiosidad era más corrosiva de lo normal pues no son pocas las cosas que hemos compartido, el aprecio que le profeso o los gustos musicales que tenemos en común.
Sonó “Monster” y lo vi, lo sentí, ipso facto. Sí, madre del amor hermoso, entre ruinas de destrucción el cielo se despejó, como también entre las notas tristes de “Between the lines”. Un manto azul lo cubrió todo allá arriba y, a lo lejos, cual si fuera una postal, se divisaron unos picos nevados. El cosmos de la estrella maldita, el universo de Bell había tocado con su varita mágica a GERMÁN SALTO, un desconocido para mí hasta hace más o menos cuatro telediarios, madrileño para mejores señas y del que se percibe claramente como un orfebre de nivel, pero de mucho nivel, tanto que algunos podemos deducir que su legado en forma de canciones no nos abandonará. Vamos, que ni con el mejor de los desodorantes.
“Girl” nos devuelve la grandeza de la Big Star y, por qué no también, la de Badfinger o los Jayhawks. Las guitarras suenan con ese poso melancólico de unas melodías que rozan la perfección. Atrapado. Pero es que en “Till the morning” no hay nubarrón que se resista, un cielo de terciopelo y la Gran Estrella que se dirige hacia Escocia con un Chevrolet blanco, portando un temazo a la altura de las mejores canciones de mis siempre amados Teenage Fanclub.
Sorprende “S.O.S”, como aquellas viejas canciones que envuelven y que siempre agradece la parroquia beatlemana más melódica, al igual que “Hold on”. Pero lo más fascinante de esta última es que desprende optimismo con ese in crescendo made in Steve Cradock. Y sí, no solamente no habría desentonado en absoluto en dos obras maestras noventeras como “Moseley shoals” o “Marchin’ already” sino que podría ser alguna de sus coplas más brillantes.
Por si fuera poco la cadencia armónica de los Jayhawks se presenta en una copla tan otoñal como “There ain’t no time”, así como tampoco faltan las notas setenteras más elaboradas y desesperadas con un “Ernie the falconer” a lo Petty o una exquisita “Walter Freeman” que a buen seguro habrá recibido la bendición del Señor Bolan allá arriba (o allá abajo).
Fotografía Andrea Silván para contraportada |
Para colmo cierra una preciosidad en toda regla, "Lonesome bird", a medio camino entre Nick Drake, Jeff Buckley y los Zeppelin más acústicos, con la que se extienden las alas para volar alto, muy alto. Y entonces ¿qué más se puede pedir si hay un cóctel melódico que recoge por aquí, por allí, por allá, y nada desentona? Pues eso, decía al principio que las cosas vienen como vienen, son como son. Hay que reconocerlo. El disco de German Salto apunta tan alto que dificílmente pocos, muy pocos, podrán birlarle alguno de los más apreciados metales con los que me gusta distinguir lo mejor de cada año, de mi año.
Y ya puestos digo más porque en un momento determinado tampoco se me caen los anillos por desbordarme en pasión cuando considero que la cosa lo merece. Este disco está "tocado", como comentaba más arriba. No ha habido en la historia de este país mejor álbum en lengua anglosajona y dudo mucho que llegue pronto uno que pueda superarlo. No tiene nada que envidiar a los de fuera. En todo caso ya les gustaría a muchos de allí o de allá parir un gallo que cacareara como el de Germán Salto. Como bien he leído a José Fragoso, autor de la excelente portada "la idea del gallo representa el despertar majestuoso de un artista hasta ahora agazapado como guitarrista de otras bandas".
Estamos ante una de esas maravillas cósmicas que por estos lares salen algunas pocas veces, una opinión subjetiva sin ánimo de ser compartida. Ahí queda.
Lo tengo en proceso de inicio de escucha, pero desde luego lo poquito que me he metido con él apunta alto.
ResponderEliminarBrazzzzos.
discarrazo del copón.... en mi casa suena cada mañana Girl para despertar a las peques.... himno en casa nikochiana.
ResponderEliminarUltimamente suena en el coche en todos los trayectos al curro, en casa cuando llego a la noche y S.O.S cada vez que me apetece, uno de los discos del año, en lengua anglosajona yo lo empato con el cacharro de Fantastic Band, me parecen dos discos del copón.
ResponderEliminarApasionado te veo con el disco amigo, no es para menos.
Un abrazo.
Salto. Un disco colosal, que aúna la fuerza de los himnos y la sutileza de la magia. ¡Wonderful! Y lo digo en inglés porque me da la gana jajaja
ResponderEliminarPoco a poco va entrando este disco, ya estoy esperando el vinilo para escucharlo como debe ser. Gran reseña amigo, a ver quien se atreve ahora a hablar de este disco je je je! Saludos
ResponderEliminarLe he escrito, me fio mucho de vuestras opiniones, pero no sé si le quedará alguna copia. Suena espectacular. Abrazos!
ResponderEliminarAmigo JJJ, con la música del gallo he dado un salto por lo mucho que me embriaga.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=kt_-pDC6Tlc&t=2m30s
Un fenómeno, Germán.
A ti, gracias siempre.
PD - Una magnífica y apasionada reseña. Mejoras cada día.
No, si la pasión y los textos tallados en plata va a hacer que acabe sucumbiendo. En el fondo es como lo he hecho en inumerables ocasiones, aunque ya sabes que mi ritmo este año es tranquilo muuuuuuy tranquilo.
ResponderEliminarSaludos y felicidades por semejante reseña Johnny!!
La verdad es que suena de maravilla. A ver si me hago con él porque todavía no lo he escuchado completo.
ResponderEliminarUn abrazo, master!
Este disco es un compendio de todo lo que me gusta! Como dice muy acertadamente Johnny va desde Bolan a los Big Estar pasando por el White Álbum ("saaaaaaaaameeeeeee ooooooooold sooooooooooooooooongs"), los Jayhawks o el mejor Petty... Una jodida maravilla! Y he tenido la suerte recientemente de conocer a Germán y es como su disco, encantador! Disco del año (y de varios años) para mi, sin duda
ResponderEliminarPróximamente en mis oídos; además en vinilo...ya te cuento.
ResponderEliminarPues por tu ánimo de ser o no ser compartida tu opinión, ya veo Johnny, que no quede. Todo el personal anda revolucionado con este disco que, sea dicha la verdad, ha supuesto una auténtica sorpresa para (casi) todos y, por los comentarios que leo, todos coinciden contigo. No es para menos. Es un disco profundo, que irradia infinito amor por las cosas bellas y bien hechas, que recoge preciosa y precisamente gran parte de las lecciones de sus artistas mayores y las explora con gran delicadeza. Sin duda, uno de los discos del año.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Y tan alto, brother Savoy
ResponderEliminarMis chicas también están encantadas con el disco de German, my King Nikochan. En el coche y en el pueblo me lo piden frecuentemente.
La verdad es que me tiene enganchado, mysuperfriend Addison, me parece un disco de bellísima factura.
Olé ahí Nacho, si te mola en inglés pues en inglés.
Ya te conté el otro día que nos vimos kamarada-mestreChals que estaba entusiasmado degustando esta joya.
Sí que quedan, apreciado tocayo Ned. Te va a gustar mucho, ya lo verás.
Jajaja, la música de la Traviata embriaga, Alberto, embriaga. Gracias por lo que me corresponde, eres muy amable como siempre.
Sí, maese-brother BBoyz1970, me consta que este año llevas un ritmo tranquilo. Te va a gustar mucho este disco cuando lo pilles por banda, vamos, eso creo. Gracias por lo de la reseña.
A por él, masterfriend Evánder. Te va a atrapar.
Sí, querido Borch, no eres el único que me ha comentado que Germán en persona es bastante humilde y encantadora. Eso es bueno, que en el mundillo hay demasiada estrella sobrada de ego. Estará entre mis discos del año con toda seguridad.
Deseando saber tu opinión, Antonio, aunque intuyo por dónde irán los tiros.
Es cierto, gran Javier, este disco ha sido una sorpresa y como bien dices irradia belleza infinita a partir de sus influencias . Sin duda uno de los discos del 2015.
Se agradece la deferencia en dejar comentarios. Abrazos múltiples.
Hace poco que me lo mando german y no me defraudo .ni por precio ni por calidad.vinilo y de regalo un cd y su firma .vinilo para casa y cd para el auto .diiscazzooo.
ResponderEliminarEfectivamente Simón, un discazo. Gracias por aportar más elogios con tu opinión.
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