...Don't fall nos embarcó en un mundo onírico único, el de los Chameleons...
Cortesía de Bronco Farelli |
Como siempre que se trata de algunas bandas del post-punk relacionadas con cierto período del pasado que en Valencia se vivió a nivel musical muy intensamente, la ciudad del Turia muestra una de sus mejores caras con un aforo más lleno de lo habitual que en mayor medida, todo sea dicho, se nutre de la nostalgia de aquellos años (no puedo evitar que me llame la atención comparativamente hablando la escasa concurrencia con artistas o grupos actuales de pop-rock en plenitud de forma). Pero la verdad es que si hay un conjunto de aquella época que merece tal devoción es The Chameleons pues su fabulosa primera trilogía, aunque solamente sea reconocida por una minoría, es suficientemente digna una vez más (y las que hagan falta) para rendirle un apropiado tributo mediante la asistencia. Es más, da lo mismo que vivan de un patrimonio pretérito con escasos (o más bien nulos) aportes en forma de nuevas publicaciones ya que la enajenación con aquellas canciones está casi garantizada, de forma más intensa, si cabe, para el caso de que exista algún miembro de la vieja guardia (o algún joven aventurero) que no hubiese tenido la oportunidad de disfrutarlas hasta ahora en directo. Por cierto, ¿dónde se meten las nuevas generaciones cuando existe la oportunidad de ver leyendas vivas del rock? No soy un experto fisonomista pero una vez más es casi una utopía distinguir algún rostro entre la muchedumbre que no exceda de los treinta.
Cortesía de Perrin Muchacho |
De nuevo Mark Burgess al mando con una banda renovada y modernizada para la causa, con un Vox apellidando a The Chameleons, sin ilustres miembros originales como Reg Smithies, Dave Fielding,…, y viviendo de las rentas del pasado. Benditas rentas en este caso, insisto.
Se presumía que el plato fuerte en la Sala Noise de Valencia durante la velada del 30 de abril era saborear aquel heladito en el puente, el magno “Script of the bridge”. Y efectivamente, cayeron uno tras otro, de forma consecutiva, rigurosa e inflexible todos los cortes del egregio clásico del rock. Aquel viejo riff de guitarra y el grito de "Don't fall" fueron el pistoletazo de salida que, ipso facto, nos embarcó en un mundo onírico único, el de los Chameleons. A partir de ahí una línea uniforme a nivel instrumental con densas líneas de bajo, esas que tanto añoramos algunos, unos ritmos repetitivos, a veces sincopados y otras acelerados, y unas melodías jalonadas con sonidos de guitarra de marcado carácter hipnótico.
Cortesía de Bronco Farelli |
En la segunda parte brilló “Pleasure and pain” como solo ella puede hacerlo, con esos sentimientos incontrolados, con esas risas y con esa locura. Y de ahí el protagonismo nuevamente para inauditas criaturas oníricas que danzan, para la sombra de la vejez que emerge, para el tiempo que se detiene, para el silencio y también para la esperanza.
Cortesía de Perrin Muchacho |
Empecé a leer línea a línea obligándome a no adelantarme! Y por dentro un deseo latente... "que ponga Pleasure and pain, que ponga Pleasure and pain..." y! MyDearBigger... en conexión siempre directa e interior... coloca Pleasure and pain para hacerla sonar como guinda de una lectura a la que le tenía unas ganas brutales!!! Mi Pleasure comenzó anoche... 'cortesía' de PerrínMuchachoBass :D continúa en la mañana de hoy contigo... y es un pleasure que hasta da pain del gustirrinín... pero qué rico dolor sentirlo tan dentro y tan a piel a la vez!
ResponderEliminarAchuchones, grandes!!!! (grandes los achuchones y grandes ustedes! y grandes Chameleons!)
Qué viejos tan apasionados seremos si llegamos, lovely Johnny...no enfríes tu llama nunca, nunca.
ResponderEliminarMe encanta cómo lo vives y cómo lo cuentas. Nos quedan tantos conciertos por disfrutar....
Kissessssssssssssss!! Love you!!!!
Siendo bueno se puede revivir una y otra vez, saludos
ResponderEliminarEy Master!! me alegro que disfrutaseis la visita de Tim Burgess and Co., es una pena que no se unieran Reg Smithies, Dave Fielding pero lo importante es que sonaran fieles. Yo a ellos si los vi en su visita del 2001, y sin embargo la sala sonó horrorosa con un sonido supersaturado; así que lo importante es que las canciones suenen como han de sonar. De todas formas, cuando ellas suenan en nuestros corazones, generalmente siempre suenan perfectas.
ResponderEliminarYo esta vez no he podido deslizarme por temas personales y es una lástima, seguro que como cuentas y al igual que con New Model Army esta noche estará repleto de colegas de correrías. Lo del público más o menos joven ya es otro tema a parte. Y apuesto que a muchos de esos veinteañeros que son fieles seguidores de Interpol, Editors, The Horrors, Future Islands, Savages... no tienen ni repajolera idea de donde surge ese sonido (ni les interesa). En fin, no vale la pena cabrearse, pero yo creo que en 1994 con el estallido del BritPop a más de uno lo lobotomizaron y le borraron la memoria.
Por suerte siempre nos queadarán blogs como el tuyo, donde por lo menos se intenta poner nombre a gran parte de la oscuridad de la historia. Hay un empeño casi enfermizo de aprovechar el empuje de lo antiguo y de su estética, pero parece que no interesa reivindicar su existencia.
SALUDACOS BROTHER!!!
Puntual y ágil crónica del concierto de ayer, casi te faltará el aliento y todavía resonarán los ecos en tu cabeza del disco, que para mi disgusto, me acabo de poner "enlatado" para quitarme la espina clavada de mi ausencia de ayer.
ResponderEliminarSabes que habría ido pero me coincidía con otro compromiso. Hoy me pego cabezazos.
Un abrazo, eres un crack.
Hoy me toca verlos a mi, y por lo que cuentas me lo voy a pasar pipa, porque Script of the bridge es un discarro de tomo y lomo y que lo toquen enterito es una delicia. Menudo trío de golfetes cuarentones fuisteis ayer... Tu lo que pasa es que quieres ver a niñas de 20 años... bailando como locas a los Chameleons.... pero sabes que eso es imposible, las nuevas generaciones no tienen ni pajolera de quienes son.
ResponderEliminarBrazzzos.
Una vez más una crónica que refleja con qué intensidad vives los conciertos, my friend, más allá de cualquier otra cosa. Me alegro de que disfrutaras.
ResponderEliminarUn abrazo!
Si que les has rendido un merecido tributo con esta brillante crónica. Si algún joven la lee, seguro que la próxima vez acude a un concierto de The Chameleons.
ResponderEliminarSaludossssssssssssss
No tenía ni idea de que seguían en activo, pero desde luego que escuchar el fabuloso "Script of the Bridge" tantos años después merece la pena, claro que sí.
ResponderEliminarUno de mis grupos de mis 18 años. cientos de horas de estudio con la banda sonora de ese grupo. Magnificos
ResponderEliminarla muchachada irá más a los macros, no? al SOS, por ejemplo, este finde, aunque la cuota de mercado de los pet shop boys o la habitación roja, por ejemplo, está más en los 40 que otra cosa, vamos. no sé, el recuerdo mueve mucho, revivir aquellas noches es muy especial, y cada vez tenemos menos tiempo, y menos cuerpo, para dar oportunidades nuevas. en total, que gracias por tu labor, rescatadora de antaños y catapultadora de futuros. música siempre, en cualquier caso.
ResponderEliminarEso es conexión cósmica, my little India. Estuviste en espíritu presente dentro de tan gran evento. Recibe chuches, querida, hablamos pronto.
ResponderEliminarEsperemos que queden muchos conciertos, my dear Sinco. Recibe kisssses.
Efectivamente, así es Silvo.
Alcé una birra al aire por ti, brother Bboyz1970, conste en acta. Es verdad, hay muchos veinteañeros que no reconocen ni los que han influenciado en sus actuales gustos. El britPop del 94 para mí es un coñazo comparado con el que se hacía 10 años antes. Abrazo.
Lo sé, me di una vuelta para ver si te veía a ti, Sergio, o a más gente conocida por la sala. No te abras la cabeza a base de cabezazos, a ver si a la próxima. Abrazo.
Sin duda, brother Savoy, el “Script of the bridge” es más que una obra maestra, es una obra de arte maestra. Tú si que sabes, me encantaría ver chatis veinteañeras bailando a los Chameleons o, al menos, chavales feos con buen gusto musical. Recibe brazzzzos.
Me alegra que te haya gustado la crónica, my masterfriend Evánder. Abrazo.
Deberían leerla a ver si se motivaban los jóvenes, jejejeje. Abrazosssss, Bab.
Llevan varios años de gira con los clásicos, amigo FJ. El “Script of the bridge” es una delicia total.
Pues ya somos dos Bernardo, muchas horas de esta vida acompañando los Chameleons.
No lo sé, la verdad, mastersones Raúl, solamente sé que cuando tenía entre veinte y treinta años me molaba ir a ver clásicos del rock en directo si surgía la posibilidad, y como yo veía muchos de mi edad. Ahora no veo casi ninguno, o es que soy muy mal fisonomista.
Se agradece la deferencia en dejar comentarios. Abrazos múltiples
Joder como suena el bolo en tus palabras Johnny, yo les tengo un tanto olvidados pero entre Savoy y tu me habéis dado una envidia del copón.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, mysuperfriend por lo del texto. Respecto a los Chameleons en mi caso siempre están presentes, es más, te diría que quizás sea, después de los Waterboys, el grupo de los 80 al que recurro con mayor frecuencia- Abrazo.
ResponderEliminarPor mas veces que se diga, jamás un trabajo de la enjundia superlativa que atesora "Script of the brige" estará lo suficiente merecidamente ponderado.
ResponderEliminarY por llevar la contraria (ya me conoces, apreciado Johnny jejeje...) a pesar de lo inconmensurable de joyas como "Pleaure and pain", "Don´t Fall" o "Monkeyland", yo sigo siendo de "Paper Tigers".
Re-chapeau por la crónica, Johnny.
Un abrazote.
"Paper tigers" es fantástica también. Tú si que sabes, apreciado Ficus. Superlativo "Script of the bridge". Recíproco abrazote.
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