Vivimos tiempos convulsos, de rabia, pesimismo e indignación. Encontrar señales o hallar una guía que encauce el destino de la sociedad se antoja prácticamente imposible. Caer en el derrotismo o en el desánimo más absoluto tampoco resulta nada beneficioso. La falta de posicionamiento ante las injusticias, el pasotismo o la indiferencia, guau, eso sí que es perjudicial.
Son tiempos también en que todo el mundo opina, todo el mundo habla sin césar. Y sí, aún estando las alarmas preparadas nos volvimos a dormir sin poder cortar la hemorragia en el día señalado. Entre distorsiones de guitarras hipnóticas perdimos la oportunidad y “llegamos tarde al fin del mundo”, bien podría ser al funeral del sistema que gobierna este actual injusto planeta. La desolación con la que comienzan LOS RADIADORES en su último y primer disco de larga duración es el anuncio de que nos podría asistir este digno “Manual de supervivencia”, y lo podría hacer desde una perspectiva osada y atrevida, esa que tanto necesitamos en el mundo del rock patrio, la que recupera la energía de las guitarras eléctricas.
Precisamente son esas mencionadas guitarras las que muestran su esplendor y su densidad sonora en “Un viejo robot”, un autómata que estaría mejor en un desguace porque no ha sabido adaptarse a estos tiempos. Después, con aires psychobillycos y meteóricos calambres nos ilustran en el tema que da título a todo el álbum con maneras para coger aire, apretar los dientes y no perder la paciencia en la evasión y en la verdadera transformación por la supervivencia. Despertar del final del dolor a base de tormentosos guitarrazos y de sopas con puntas de clavos al sintonizar “la voz de los presentes” sirve como anticipo para recordar que “había llegado el caos” en aquella película de ciencia ficción. Y si de películas hablamos ahí queda “La estrella de la muerte”, pedazo de temazo, mi preferido del disco, donde recupera la esencia de bandas como Lagartija Nick, El Inquilino Comunista o Sonic Youth, todo un himno que a buen seguro tiene la bendición de clones que fueron engullidos por la oscuridad de la guerra de las galaxias.
En “No me achantaré” hay enojo, hay obsesión y rabia pero sobre todo hay mucha actitud punk. Y entre tanta irritación y cabreo llega sin tregua “la hora de las confesiones” recontando los fracasos y brindando con buenos tragos por los buenos ratos. Al final, en una especie de bucle temporal con esencia de post-punk distorsionado finaliza este ejercicio de supervivencia con “un viaje a ninguna parte”.
Y todo este manual es en nuestro idioma, entre naranjos como los de la portada, creciendo en cada audición para beneficio de transeúntes, caminantes, exploradores y otras especies minoritarias que todavía no se hallan en vías de extinción. Se dice pronto.
Y todo este manual es en nuestro idioma, entre naranjos como los de la portada, creciendo en cada audición para beneficio de transeúntes, caminantes, exploradores y otras especies minoritarias que todavía no se hallan en vías de extinción. Se dice pronto.
¡¡Coño, me gusta cómo suenan!!
ResponderEliminarbienvenida sea la guitarra ensordecedora, que agite nuestras amodorradas conciencias. producto patrio de calidad, ni shoegazing ni pollas en vinagre... el radiador bien alto, que nadie se quede frío!
ResponderEliminarImpresionante lo bien que manejan el sonidos, saludos
ResponderEliminarCon lo que ha caído y queda por caer, este "manual" me viene de perlas. Estupenda entrada Johnny, saludos.
ResponderEliminarUn texto fabuloso, excelente narración.
ResponderEliminarLa música me suena a otros tiempos, me ha hecho volver a mi veintena.
Gran atmósfera guitarrística, master.
ResponderEliminarFelicidades por el texto. Un abrazo!
Pues si que suenan bien estos Radiadores. Me gusta la canción, la interpretación y la producción.
ResponderEliminarGracias Johnny.
Saludossssssssssssss
Bastante bien . Revisar a Polansky y el Ardor aquel grupo de los 80 . Tiene un aire los radiadaores y eso es muy buena cosa
ResponderEliminarSi señor, rocanrol. No sé si tengo el firmware actualizado, estoy indignado como todo el país, pero a fe mia que habré de escuchar el disco. Abrazos tocayo!!
ResponderEliminarBuff!!! que texto mas bueno Johnny, el principio es impagable... Nunca he seguido demasiado a este grupo, le conozco de oidas y algún tema, les prestare atención. Y seguire en la lucha dentro de mis posivilidades.
ResponderEliminarGracias por el post amigo...
M'agraden moltíssim!!!!!. (un via-friendly pot ser?) Que guitarres!!!!! Combatiu a tope com a mi m'agrada el rock. Bona recomanació. Salut mestre-friend.
ResponderEliminarHELLO HELLO ALRIGHT. YE KE ESTOY VIVO PESE A ESTE CRISSSSSSS. os veo muy light pues os recomiendo el nuevo de DORIAN la velocidad del vacio SALU2
ResponderEliminarMe alegra que os haya gustado el post y esa muestra del nuevo disco de Los Radiadores. Bernardo, es verdad, mira que me recuerdan también algún grupo independiente de los 80 pero no acababa de encontrar el que más y bien podrían ser Polansky y el Ardor.Chals, todo ya va por la senda-friend. Gracias a todos por los saludables comentarios y abrazos múltiples
ResponderEliminarMe hechiza esa distorsión de guitarras, y me suenan de leer algo por aquí. Buen texto y buen rock de la terreta.
ResponderEliminar