DOCTOR DESEO - (2004) Rómpeme con mil caricias, cielo... rómpeme

Últimamente, en las vísperas de fiestas de guardar, siento necesidades amplias de volver a apreciar aquellas caricias y aquellos satisfactorios abrazos de las lenguas con las que me expreso habitualmente. Es como una tregua cerebral, es como respirar bocanadas de oxígeno que no sean las del dominante imperio anglosajón con el fin de cambiar rutinas habituales en los pulmones. Son cosas que pasan y siento orgullo de ello.

Una buena opción podría ser la de acudir a la consulta del DOCTOR DESEO, grupo vasco de larga trayectoria y en el que despunta un rock ambiguo, tierno y provocador al mismo tiempo, con unas letras elaboradísimas, a caballo entre grupos dispares como Parálisis Permanente, Platero y Tú o incluso los primeros Héroes del Silencio.

"Rómpeme con mil caricias cielo, rómpeme" fue el octavo trabajo de su discografía, a mi juicio uno de los más brillantes de su carrera. Y es que además de su extraordinario “Abrázame” que cuenta con Aiora Rentería en los coros y que en circunstancias normales debería haber tenido un éxito y reconocimiento masivo, hay mucho más.

En este disco prevalece la premisa de envejecer siendo un poquito más listo que ayer. Aquí no hay mártires ni farsas, aquí hay un mar de dulces pecados lleno de fuegos y heridas y donde no se habla de hacer el amor sino de follar con pasión. Se dice pronto. Aquí hay dolor, hay susurros en los muslos y en las entrepiernas que hacen perder la razón, pero también hay dudas por banderas como la de percatarse que detrás de la libertad andan demasiados intereses en juego.

Música hecha con flujo y sudor para buscadores de tesoros en las playas del ardor y del deseo, entre el fracaso y la esperanza, y donde también pueden encontrar protagonismo reinas de arcenes, lobos acechantes y apóstoles que han perdido la fe.

Mención especial para el único corte en euskera, “Ez nauzu izango berriz”, una fascinante oda al amor más estremecedor, una especie de “Love will tear us apart” vasco, y del que a buen seguro Ian Curtis y sus siempre reivindicables e imprescindibles Joy Division se sentirían satisfechos.

Finalmente decir que si yo fuera bilbaíno sentiría mucho orgullo de que unos tipos de la ría hubieran compuesto un tema como “De nuevo en tus brazos”, puro vicio para bailar en sus bares y en sus calles. Brindo con esta copa de los sueños.

1. Jugaba el placer al escondite 2. Abrázame 3. Una tregua en mi cabeza 4. Buscadores de tesoros 5. Una mujer rota 6. Ez nauzu izango berriz 7. Rómpeme 8. Sueños gastados 9. Un vals desafinado 10. De nuevo en tus brazos