...y como en esas maravillas de la condición humana, que tire la primera piedra quien no haya fantaseado con una muerte dramática.
Tras su paso por grupos de la escena indie en la década de los noventa como Eliminator Jr o los intensamente eléctricos Manta Ray, Nacho Vegas dirigió sus coplas y sonidos de la primera década del S.XXI hacia una especie de folk ajeno a convencionalismos y tendencias.
Escoltado por Las Esferas Invisibles publicó en el 2005 este tercer álbum que, a mi gusto y juicio, es el más completo de su carrera. La intensidad y el desencanto se reunen en unas composiciones profundamente intimistas, repletas de temores y de emociones, y en donde el fracaso o la muerte adquieren también un fuerte protagonismo desde perspectivas dispares tales como el humor, la fatalidad o la ironía.
Con influencias desde Bob Dylan a Tom Waits, de Neil Young a Nick Cave, de Leonard Cohen a la Velvet Underground o Joy Division (oígase “Perdimos el control”, parece inspirada en el “She’s lost control” del nunca suficientemente alabado Ian Curtis) y, cómo no, de Fernando Alfaro de los Surfin' Bichos y Chucho por citar una referencia más cercana.
En líneas generales, la mirada conjunta, tan particular, de "Desaparezca aquí" resulta a nivel musical aparentemente sencilla pero sus letras se muestran tan deslumbrantes como espléndidas. Y además carismático como pocos, el "maldito" Nacho Vegas consigue (con interés) estremecer en la primera audición y, al menos en el que suscribe recuerda generar un ansia inhabitual a partir de la tercera escucha de este bello, denso y compacto trabajo.
Y digo ello sin considerarme fan devoto de la trayectoria del asturiano pero como firme incondicional de esta obra y de canciones como "El hombre que casi conoció a Michi Paneiro", "Ella me confundió con otra persona", "Nuevos planes, idénticas estrategias", “Al norte de mí”, “Autoayuda”, “La noche más larga del mundo”, y menciones especiales para la impresionantemente bella y amarga "Cerca del cielo" (dedicada al escalador vitoriano Juanito Oiarzábal, el primero que escaló dos veces en el mundo las cimas del Everest, Kanchenjunga y K2 donde en esta última sufrió congelaciones y posterior amputación de los dedos de los pies) o muy, muy, muy especialmente la sobrecogedora "Ocho y medio" que debieran formar parte incuestionable de lo mejor del cancionero español.
“Desaparezca aquí”, hágalo Vd., pruebe, déjese llevar para ausentarse, evadirse o como reza el título desaparecer a lo largo de sus cincuenta y pico minutos de duración. Y como en esas “maravillas de la condición humana”, que tire la primera piedra quien no haya fantaseado con una muerte dramática.
Si, estoy de acuerdo que es un DRAMÁTICO oriundo de Gijón. Querría reseñar que a mi me gusta mucho el disco que tiene con Enrique Bunbury, el tiempo de las cerezas, donde parece que la mezcla de los dos lo hace más explosivo. El dramatismo, se eleva con el Bunbury...
ResponderEliminarDescubrí a este cantautor gracias a Laura..., junto con Quique Gonzalez...otro referente del panorama...
Mucha lírica, y mucho drama.
Saludos.