ROBERT FORSTER - Songs to play (2015)

...un hombre es todos los hombres que ha sido; en 'Song to Play' nos encontramos a todos los Robert Forster que hasta el momento han sido, con guiños a sus Go-Betweens, reminiscencias a sus discos de los 90's...

Por Jesús Cierzo

Es el mismo ensimismamiento de siempre el que me produce el peculiar fraseo de Robert Forster, el que me incapacita severamente para su descripción; pero sobre todo es su caligrafía de melodía seductora y de misteriosa combinatoria que lo convierte en un clásico –siempre en clave pop- la que termina por desautorizar cualquier intento; además hemos cambiado, no tanto él como yo. Él desde una madurez que vive el presente con serenidad desde la que empezar justo allí donde empiezan a agotarse las posibilidades, el ir un paso más allá desde que nos sentimos conformes. 

En "Songs to Play" gana la pulcritud y la sobriedad por encima del embellecimiento de unas canciones que no lo necesitan ya que han pasado por el filtro cualitativo de quien es consumado dominador de todas las conexiones y todas las claves; pero sobre todo gana la vocación de luz, y la CANCIÓN pop diáfana y descriptiva como en Forster es común, de belleza otoñal e intención juvenil (Forster es el eterno adolescente de pelo de colores) , de precisión quirúrgica y en esta ocasión de mayor sobriedad . 

Un hombre es todos los hombres que ha sido; en "Song to Play" nos encontramos a todos los Robert Forster que hasta el momento han sido, con guiños a sus Go-Betweens, reminiscencias a sus discos de los 90 ( bien encajaría "Songwriters on the Run" en "Danger in the Past" aunque es la temperatura general la que hace recordar no poco al "Warm Nights") y también curiosos hallazgos y sorpresas las vista estas de trompetas fronterizas ("A Poets Walk") o aires tropicales ("Love is Where It Is") , siempre brillantes en su ausencia de exageración, en su voluntad y acierto en desnudar el verbo y la melodía y el ritmo y volver a la esencia de la canción misma. 

El album arranca tenso, con cuerda inquietante y mantenida y con ese fraseo tan característico que ha ido acumulando Forster y que tanto conecta con el de Lou Reed; "Learn to Burn" es abordada en su ecuador por el violín de su mujer y por una guitarra nerviosa como aquella que se agazapaba tras los ritmos del "More songs About Buildings and Food" de Talking Heads; pues sí, será el ambiente doméstico, familiar (el album se iba a llamar en principio "Family Album") con el que Forster ha querido arroparse en esta ocasión pero se le ve más distendido, más relajado; refuerza la idea la lúdica "Let Me Imagine You", todavía mas exultante y sarcástica en su sincera invitación a valorar la reflexión por encima de la información, toque de atención velado al abuso o mejor, al mal uso de los nuevos medios. 

"Songwriters on the Run", a dúo con Karin, abre relajada y sutil la caja del refinamiento del que anda sobrado todo el album; en este sentido es un poco engañoso porque en su aparente escueta y analógica sonoridad, que es cierta, esconde matices que se van reforzando a cada nueva escucha porque este disco crece y crece sin parar de crecer; ahora entiendo mejor, canciones para jugar; como un artesano que conoce bien el material con el que trabaja, juega con sus canciones y nosotros, afortunados, con ellas; ni siquiera vale la mención a sus referentes, que están muy presentes en el album; el mismo sello del riff y su ritmo descendente/ascendente de "Disaster in Motion" con la que cierra el círculo nos hace sentir un pequeño escalofrío al recordar de inmediato a Go-Betweens; pero en realidad lo mejor que se puede decir de este regalo otoñal que es "Songs to Play" es que Robert Forster ahonda y profundiza en lo mejor de sí mismo en cada surco, una vez superada la reticencia de un nuevo disco después de "The Evangelist"; canciones como "I Love Myself" (humilde narcisismo, si eso es posible, gloria a Lou Reed), "Turn on the Rain" (la lírica de la lluvia siempre a su espalda, nuevo guiño a sus amados Creedence), "I´m So Happy" (euforia contenida , una impecable abstracción pop) o "And I Knew" (hipnosis pura, Forster en estado puro con la melancolía siempre incorporada a sus andares) se revelan en su aparente sencillez como quien va revelando poco a poco un secreto; en este caso el de uno de los mejores compositores y de mayor sensibilidad de canciones pop de ayer y de hoy; su refinamiento, su reducción en este album, su forma de cantar y modular y tocar la guitarra (inmenso) y de componer no son de este mundo… o sí . 

No, no es un disco menor este "Songs to Play" como has podido llegar a oir por ahí; no te dejes engañar por las apariencias. (No hace mucho leí una entrevista en la que Forster fantaseaba de lo que hubiera sido un disco de madurez del prematuramente malogrado David McComb de los Triffids y me sorprendí de la coincidencia con mi propia fantasía; eso me hizo afianzar más todavía la sensación de privilegio que es contar con uno suyo: "Songs to Play").

     * Texto: Jesús Cierzo