SALTO - Far from the echoes (2017)

...el gallo representó el despertar de un artista oculto mientras que estos remotos ecos simbolizan el asentamiento de un músico rebosante de sensibilidad y talento compositivo...

Es muy posible que Germán Salto haya sorprendido a más de uno en su segundo álbum. Con los elogios que hace dos años cosechó el homónimo (más conocido como 'el gallo') podía haber optado por mantener una línea continuista y explotar el lado powerpopero más melódico e inmediato. Sin embargo ha demostrado osadía y un talento que va más allá de quedar encorsetado en una exclusiva etiqueta. Ojo, digo esto y con ello no pretendo que se interprete como un disco rupturista respecto a su predecesor, ni muchísimo menos, pero sí que explora una faceta musical más recargada, más atmosférica, más elaborada, más folk e incluso más psicodélica, y buena culpa de ello la tiene su producción y unos exquisitos arreglos acompañantes con teclados, violines, trompetas o trombones. Por cierto, otra vez una fenomenal y original portada a cargo de José Fragoso.

No creo que "Far from the echoes" mejore a aquella ave de cresta rosa, pico corto y vistoso plumaje, ópera prima sensacional, mucho más directa y adictiva desde el instante inicial. Lo cierto es que la primera vez que escuché el disco que nos ocupa no me dejó prendado, pero con esa insistencia que se le da a aquellas obras musicales de las que se intuye tienen "algo" comenzó a abrirse paso. Y así, a base de zancadas y zancadas continúa creciendo día tras día hasta el punto de aceptar que estamos nuevamente ante un trabajo muy por encima de la calidad media nacional, alejado del abundante material que pasea entre el más insustancial indie-pop o el más soporífero folk-rock.

Particularmente además me atrapa mucho cierta pincelada conceptual, a partir de una crepuscular "Everything" cargada de dolor en un mundo que se desmorona porque ella se va. De esas cenizas que musicalmente poseen ciertas connotaciones beatlemanas llegamos a la tristeza del final de una relación, al momento del duelo por la ausencia, con un "Home again" que sigue la estela de los Jayhawks o un "Her man" que recoge el alma de aquella grandísima estrella oculta que fue Chris Bell.

Antes de llegar al ecuador se transforman los ecos de melancolía en singulares melodías de pop psicodélico. Tanto "Moving" como "It's all about you" deambulan entre tormentas personales, fantasmas y dudas.

A corazón abierto y desbordando sinceridad se suceden baladas impresionantes como “Such a waste of time”, mi favorita “Mary" y “Hopefully” (esta última a dueto con Carolina de Juan, de Morgan), así como un medio tiempo, “Such a waste of time”, tan inmensa que seguramente Gary Louris habría estado encantado de componerla.

El derrumbe sentimental, la pura orfebrería melódica de “Haters” y la humildad en esa resurrección de folk psicodélico que es “Songs for ollie” cierran una obra donde el madrileño se gana a pulso la acreditación de ser el que por estos lares más sabe sacar partido a una voz milagrosa y a la belleza musical más armónica. El gallo representó el despertar de un artista oculto mientras que estos remotos ecos simbolizan el asentamiento de un músico rebosante de sensibilidad y talento compositivo. Pues eso, que el Sr. Salto continúa creciendo y todavía no se divisa la cima.