LOS RADIADORES - (2015) Gasolina, santos y calaveras

LOS RADIADORES - (2015) Gasolina, santos y calaveras
"...nos trasladan directamente a las trincheras del rock&roll. Toda una declaración de intenciones que semi-oculta heridas que difícilmente pueden cicatrizar..."
Con un título como Gasolina, santos y calaveras es de suponer que nadie esperará que LOS RADIADORES sean unas hermanitas de la caridad, cosa que a los suficientes nos congratula pues ya hay demasiado sosaina en este mundillo y, ya de paso, se puede confirmar, pese a la rumorología discordante, que nuestros idiomas vernáculos pueden estar a la altura (si se le pone imaginación e interés) de los anglosajones. 

En el tema que da título al disco tanto Raúl Tamarit (compositor, vocalista y guitarra) como sus compis Radiadores (El Joven, Perrín y El Metralla) nos trasladan directamente a las trincheras del rock&roll. Toda una declaración de intenciones que semi-oculta heridas que difícilmente pueden cicatrizar, son las deudas de la gran guerra, son aquellos poetas en las cunetas. Se recomienda principalmente en aquellas conciencias clasistas (incluidas las que lo son pero no se quieren reconocer como tales) hacerse la señal de la cruz antes de escuchar esta canción o, de lo contrario, no podrán jamás expiar sus pecados. 

LOS RADIADORES - (2015) Gasolina, santos y calaveras 2
Con más electricidad incluso y, sobre todo, con el fin de hallar un alivio espiritual, A cabezazos se muestra implacable, hasta hacer sangrar el alma antes de volver a soñar con una nueva revolución, la que nunca llega, preludio ideal para un tema que crece y crece a base de audiciones como es Tiempos de destrucción, donde las apariencias engañan, y lo que parecería un continuismo combatiente enmascara más bien un desafecto personal que anticipa, y al mismo tiempo complementa, ese traje de "Buzo" que explora recuerdos del pasado. 

A los santos nos encomendamos sin dejar de sonreir y, si es preciso, nos podemos volver a santiguar pues este tema contiene una serie de escondrijos y madrigueras que no resultan irreverentes a simple vista. A partir de aquí el pop-rock más luminoso se descubre en unhasta el final a través de capas con guitarras energéticas y rincones que circulan entre sensaciones ochenteras y noventeras nacionales. 

Y con esas sensaciones llegamos a El Hospital. Es cojonudísimo que se produzca este rescate de uno de los temas que siempre he tenido en el podium del mejor patrimonio nacional. Siempre conmovedora, emotiva ante la llegada de Sor Ivonne, enorme el clásico Pegamoide berlanguero de 1980 que ejercía de excepcional contraste al “Horror en el hipermercado” en el otro lado del single, un tema al que también le dio su puntilla el gran Enrique Urquijo con sus Problemas en 1993, y donde, en este caso, con Los Radiadores no fructifica una versión cualquiera sino más bien un tratamiento que desemboca en una deliciosa golosina que se aproxima al glam o, en un momento determinado, al rock ‘n’ roll animal. 

Provistos de buena tralla ramoniana la flota radiadora se prepara para sunuevo imperio con un final que contiene mis dos temas preferidos de este descarado artefacto inflamable. Debo ser un cabeza hueca porque me encanta ese experimento tituladoOn y off antes de llegar a los Circulos concéntricos, la gran perla, el mejor cierre con ese in crescendo instrumental para supervivientes, acumulando y absorbiendo la energía antes de que llegue el día en que haya que empezar de nuevo. 

Me parece muy correcto el orden de las canciones, muy a conciencia teniendo en cuenta el contenido de las mismas. Esta gasolina, estos santos y estas calaveras han venido para quedarse como la lógica evolutiva tras el anterior Manual de supervivenciadel 2013. Una buena rodaja este último disco y, sobre todo, un lujo que en nuestros idiomas se hagan cosas que no sean más de lo mismo, con actitud, con buen combustible, con devoción y con la parte del esqueleto más divertida, la que en vida puede poseer juicio y talento.

Comentarios

  1. Fogonazos de Rock de los sesenta y setenta y algún eco de Dickey Betts en las guitarras: gran descubrimiento, querido Johnny. En su línea, vamos.

    ResponderEliminar
  2. A mi me encanta el disco, de cabo a rabo y de principio a fin. Mucho y buen rock, y actitud, mucha actitud. Y bandaza en directo, por cierto.

    Brazzzos.

    ResponderEliminar
  3. pendejos, canallescos... necesarios!

    ResponderEliminar
  4. Bien sabes compadre y my mestrefriend, que a mi me pilló este disco en plena faena con uno de estos sosainas,los radiadores me salvaron de la misma canción de siempre con este trallazo punk-rockero y guitarrero, calen rock'n'rolls d'ara!!!! me encanta en su undergroundísima, gran disco. Saludos

    ResponderEliminar
  5. Sólo he escuchado el vídeo promocional, pero puedo presuponer, sobre todo después de leerte, que es un buen disco. Procuraré hacerme con él para así poder valorarlo en su totalidad.

    Un abrazo, master!

    ResponderEliminar
  6. Ya tengo ganas de escucharlo y catar a la banda en vivo, cosa que haremos en febrero si todo va bien. El single, de lujo.

    Muy buen texto, Johnny. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Menudo comienzo de año, no doy abasto, todo spanish, entre The Soul Jacket, El Doctor, Chencho Fernandez, Bantastic Fand y Los Radiadores no me da la vida, desde luego el single es un pelotazo de mucho cuidado.
    Todo llegara amigo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. A mí me suenan más a 80s y 90s, Alex. A por él, no lo dudes.

    Me consta que te molan mucho, brother Savoy. Brazzzzo.

    Sí, masterSones Raúl, tienen ese punto canallesco que mola.

    Hoy por hoy necesitamos estas cosas, kamaradaChals. Abraçada.

    No lo dudes, Evánder, a por él.

    Disfrutaréis Gonzalo. El disco te va a molar fijo.

    Poco a poco, Addison.

    Gracias por comentar, amigos. Salud para todos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario