THE FAKEBAND - (2014) Shining on everyone

...por los condimentos de un disco con una estructura orgánica…un buen manjar cuya principal sustancia circula entre la clásica tripleta del Frente ‘B’…

Primer gran disco del año en curso para el que suscribe. Grande hasta el punto de tener casi asegurado un puesto entre mis futuros selectos de final de la vigente añada, o quizás no, todo depende, de qué depende, en este caso me temo que dependerá de los demás. 

La verdad es que la FAKEBAND tenía fácil eso de conquistarme. Y no lo digo porque considerase su anterior disco “Too late, too bad” (pasó por este espacio, véase enlace), como uno de los cinco mejores nacionales del año 2011 a pesar de no gozar, injustificadamente, de una repercusión mayor en los medios más especializados. Tampoco lo digo porque me dejaran absorto y noqueado (a mí y creo que a todos los amigos y conocidos que me rodeaban) en el directo que se marcaron durante el pasado IV Rust Fest de Frías (Burgos). Más bien han sabido engatusarme, captarme y persuadirme por los condimentos de un disco con una estructura orgánica, esa que tiene armonía y orden. Y es que si la cosa me sabe a un buen manjar cuya principal sustancia circula entre la clásica tripleta del Frente “B” (Beatles, Byrds, Big Star), y además está aliñado con elementos posteriores que también le conceden prioridad a las melodías, desde el desparpajo de los Teenage Fanclub, la elegancia de Danny & The Champions of The World, la sensibilidad de los Jayhawks, las bases renovadoras de Wilco o la modernidad de los Ocean Colour Scene, se me despierta el apetito, se me conmueve el ánimo y se me retuercen las anheladas emociones para alimentar un espíritu siempre necesitado. 

Un dato importante a tener en cuenta es que esta gente no procede de la Pérfida Albión ni tampoco de los campos del Tío Sam aunque de una y otros hayan recogido simientes. Son de Getxo, en la ría del Nervión y municipio de Bilbao, de la West Coast Vasca (como diría my tete Joserra). 

Respecto a su anterior trabajo permanece un cuidadoso esmero en la elaboración tanto de arreglos como de producción. Sin embargo a mi juicio las composiciones han mejorado más, muy especialmente a nivel vocal con un espléndido Txomín Guzman pero también a nivel instrumental, con una mayor riqueza en estilos que planean desde el powerpop al country-rock más exquisito y alternativo. 

La cosa comienza con “Top of the world” y allá que van las guitarras. No sé, supongo que a cada uno le puede sonar a algo pero a mí me viene al tarro algún trallazo de Norman Blake en el glorioso “Grand prix”. Y continúo visionando (porque mira que me gusta visionar), y si son campos escoceses más todavía. Con “Fool me” me evoca algún corte buenrollista de Stealers Wheel que se dirige viento en popa a toda vela de la mano de Jeff Tweedy hacia la elegancia de los Fleetwood Mac. 

“Parking lot” son palabrejas mayores, quizás la más brillante composición de la obra en cuestión, la que más impacta, cual si estuviera dotada por el influjo de Gary Louris y recubierta con la esencia del Sr.McGuinn para crecer más y más con cada audición. Entre instrumentos de viento, acompañamiento de órgano y brillantes matices soul otra elección de finura y distinción aparece en “Healing time” mientras que “Kate” es otro de los cortes que inicialmente más provoca un choque emocional al ser capaz de dar aires renovados a las influencias del Boss. 

Más cosas y más vientos que suenan, cual si estuvieran en un desfile del Sargento Peppers visiono a los hermanos Davies bendiciendo un corte como “Get you back”. La cosa sigue y de nuevo es como si revolotearan los Jayhawks en “Someone” (por cierto, al loro, muy al loro ese solo de guitarra, para dejarse mecer tantas veces como haga falta). 

Hacia derroteros más rollingstonianos nos lleva “She told me”. Casi en el extremo más opuesto a ella se encuentra la siguiente “Back on the road” donde los coros son los grandes protagonistas. Y de ahí vuelta a las guitarras potentes, entre el powerpop y el glam-rock en “Something about you” para, nuevamente, saltar hasta el borde de la otra orilla, la de "The secret", balada que contiene otra melodía más de orfebrería, en este caso como colofón de un disco más que notable. 

Como ya he leído a algunos compis que han escrito brillantes reseñas sobre este disco (véase enlaces siguientes en Exile S.H. Magazine, Rockandrodri Land, Nikochan Island o Río Rojo), la Fakeband ha escogido un adecuado sendero, y ahora lo que debería pasar es que "Shining on everyone" obtuviera un amplio reconocimiento.